martes, 7 de enero de 2014

¿No nos podemos quejar?

"No nos podemos quejar"
Esta frase se ha convertido en un clásico en las conversaciones de esta última época, en la respuesta del millón a la clásica pregunta de cómo estás. No sé si la gente adepta a esta frase se da cuenta de la verdadera magnitud de esas cuatro palabritas.
Aceptando que no nos podemos quejar, no evitamos que nos lleguen peores rachas (como mucha gente piensa, sobre todo personas mayores) sino que evitamos un avance hacia la verdadera democracia.
Evitando una queja damos via libre al gobierno para que se separe del ciudadano y se convierta en institución privada, dotada de autonomía y alejada de su verdadero fin, que es servir de ayuda al pueblo.
Señoras y caballeros que entabláis conversación en la calle, quejaos de vuestra situación: si os preguntan qué tal os va responden que sí os quejáis, que no llegáis a fin de mes, que la escuela de vuestros hijos está en unas condiciones de pena, que la sanidad empeora cada vez más, que nadie os tiene en cuenta vuestros derechos más elementales.
Estudiantes que estáis tomando unas cañas: pedid lo que os corresponde. Quejáos de las clases de 40 personas, pedid más profesores y mejor nivel académico. Exigid matrículas por las que no tengáis que hipotecaros media vida.
Cualquier persona que pase por aquí y lea esto: sí nos podemos quejar. La libertad de hablar sin censuras es uno de los pocos derechos que no nos han recortado (todavía). Por favor, sed consecuentes y usadlo.

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