el agua que bebo está hecha
de mujer
y mi espejo
que no me devuelve el reflejo
de lo femenino
¿qué me va a ordenar?
no puedes obligarme
a abrir los labios
y dejar pasar el aire manido
de tus pulmones
de cerrado
género
masculino
y la saliva trémula
formando un charco
en la boca
y la lengua sucia
escupiendo piropos
a mi espalda
y la tierra que piso está hecha
de mujer
tiembla cuando la pisas
y vagas por las calles
con la boca inmunda
engendrando violencia
en mi edificio de mujer
¿cuántos más van a entrar
sin pedir permiso?
Me desahucio de mi cuerpo
de mujer
y los que quieran entrar
en la carne vacía
en el útero sangrante
en el óvulo palpitante
entren sin llamar
y el último, que cierre.
Muy bueno. Contundente. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras. Un saludo!
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