Es una niña bien, pero no es malcriada, no es caprichosa, no gasta más de lo que necesita tener, Vera es austera. La ropa sucia se amontona debajo de la mesa, vive sola, aún piensa que va a lavarse y recogerse sola, y viste la última camiseta limpia que queda.
Antes iba a la Universidad. La pagaban sus padres, pero no era lo que quería, no quería clases, leyes, profesores. Vera dejó los estudios y trabaja de camarera. O solía hacerlo. Creía que la libertad salía más barata, pero ni siquiera está ahora segura del concepto.
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