cose de noche
escondida
las heridas de su alma
que no se ven
sino se sienten
y a Penélope
se le acaba el hilo.
Un Ulises perdido
que no le cose
que no la espera
navegante hundido, parece
que no la espera
navegante hundido, parece
pretendientes
que no la pretenden
como persona sino mueble
colocados fuera del hogar
esperando una libre Penélope
a arrancarle la libertad.
y no hay hilo
para tanto desgarro.
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