En cuerpo de mujer
llevo mi alma hasta la
entrada
de un sucio garito
lleno de hombres y de
arañas
la música resuena,
que en verso engaña,
y en prosa arde como fuego
en la boca de mi estómago,
el perfume de tu cuerpo
llena aún mis entrañas
gritando al mundo
y canta, y canta.
En cuerpo de mujer
llevo mis pies hasta el
escenario
vender el cuerpo por un
trago,
alcohol que limpie mis
heridas
y acabe de hundirme en el
fango.
La música repugna
con sonido de tango
en mi vientre de mujer.
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