jueves, 17 de diciembre de 2015
Sombra I
omnipresente
ha entrado en mi casa
por la puerta
tintineo de sus llaves
hiere más mi orgullo
que mis oídos
sombra rojo bermellón
pasado ha vuelto
y presente no está
me duele verme
en tu reflejo oscuro
lo que era antes
y se ha ido
tú lo has matado
domingo, 6 de diciembre de 2015
La metamorfosis
miércoles, 2 de diciembre de 2015
still shining the dead star
losing its leaves
running down your back
and I'm dancing
on your eyelashes
once again
trying not to sink
my toes
in the corner
of your eye
loneliness in space
I'd like to be there
core of a star
exploding
and become dust
falling in your head
a summer night
while you see me
still shining
so far
stuck in your mind
domingo, 22 de noviembre de 2015
A Aida y Joshua
La soledad se vive
mejor
en companía.
El tiempo se derrama
por mi boca
derritiéndose
y en los muebles el polvo
una capa que esconde
los libros por leer.
Migas de pan en la ventana
y en la mesa una copa
de vino
y sí
la soledad no es nada
en compañía
y la sangre no es nada
cuando se entremezcla el vino
y el tiempo no es nada
si no lo notas pasar.
Siento el vivir
como una lenta caricia
que el tiempo me regala
antropomorfa:
cabello rizado
o pies cosquillosos.
La soledad
se escurre por los barrotes
de la ventana
en un cuarto
y debajo un sillón
amarillo -parece
y la busco
(y no la encuentro)
una emoción
abstracta
vaciando huecos de mi cuerpo
y entonces encuentro
notitas en la pared
en la nevera
en la linea de mis pestañas:
"Volvemos luego,
échanos de menos."
sábado, 21 de noviembre de 2015
Marina sin prefjos
all died when you went away"
Sinéad O'Connor
Ha perdido a alguien en lo profundo del océano, y Marina es submarina mientras el agua le sumerge el cuerpo desnudo en la bañera. Desliza su cuerpo a lo largo del baño y se gira, boca abajo, y alargando un dedo del pie arranca el tapón a la bañera. El agua se filtra y se derrama lejos de Marina, dejando su cuerpo empapado en espuma. Quisiera ser espuma de mar, envolver el cuerpo de su amiga hundida como un barco de vela en una tormenta. Pero la espuma es jabón. Marina sale de la bañera.
Hace tiempo fue Marina. Sin prefijo. Pero ahora siempre es Sub-. Submarina, subliminal, subconsciente... El baño la ha relajado. Acerca su cuerpo de vértices al armario y toma prestado el vestido negro, que cae sobre sus vértices derramando su tela-líquida y cae, cae al suelo formando charcos de algodón y moda primavera.
El cuerpo desnudo de Submarina se enrosca vertiginosamente y cae dentro del charco que ha formado su fluido-ropa. Marina se ahoga, el agua entra a sus pulmones con un rugido hueco, y el prefijo se antepone a su nombre.
Sub-, siempre sub-.
miércoles, 18 de noviembre de 2015
Peleas con el olvido
en otras aguas
pero nunca te alejes
domingo, 8 de noviembre de 2015
J. Tree
tonight
insomnia carries
your name,
what if I
hold the knife
between my hands
and slash
my belly
up to down?
butterflies armies
will take
flowers apart
jueves, 5 de noviembre de 2015
Las niñas no lloran
Niña se levanta de la cama, recoge a muñeca y pasea alma en pena por el pasillo de la casa.
Mamá está sentada a la máquina de coser, titiritera de botones sueltos en uniforme de trabajar. Manos ágiles navegan por la tela prieta, los dedos como remos. Ojos no miran, están enhebrados en hilo color de rosa y las pestañas se enredan en secreciones saladas de lagrimal, hilo mágico que no deja ver los golpes.
Muñeca vuelve a la vida en las manos de mamá, costuras cerradas de operación con éxito y niña enseña alegres perlas de cristal a mamá.
Hombre vuelve a casa, botón cae de la camisa. Rasga las costuras rosas de los ojos de mamá, las pestañas se despliegan como alas de mariposas, más cerca del sueño perpetuo cada día que pasa.
Niña y muñeca rotas y sin costuras duermen en un rincón. Las perlas de cristal de mamá inundadas en marea roja y se abren, dolor escondido se escapa volando por la ventana.
Los rayos del sol iluminan la estancia y mamá se levanta, recoge a niña rota, a muñeca rota, las cuelga boca abajo en un tendal y las deja secar. Están mojadas de mar rojo las perlas de cristal, están inundados los párpados de hilos del lagrimal.
domingo, 25 de octubre de 2015
Cíclica eternidad
lunes, 12 de octubre de 2015
Piel (VI), ausencia de...
Abrazo la ausencia
la no-materia
en mi cama
piel rozando
las sábanas
sucias
de olor a sudor
a sexo
a sueño.
Mi amor
inmaterial
desaparece
las madrugadas
tras de sí
un vacío
lleno de ansias
devora
el tiempo.
Despierto
empapada en sudor
de la ausencia de tu cuerpo
naufrago
de nuevo
en las mareas
de tus ojos de cristal,
que todo lo ven
en condición
inmaterial
de piel
contra piel.
viernes, 9 de octubre de 2015
Epitafio de las muertas en vida
apellidos
fecha
una cruz,
posiblemente
no necesario.
palabras cálidas
de afecto
en la losa fría
cubículo 11
línea tercera
iconos cristianos
de mártires
y flores marchitas
deshojan el corazón
a su paso:
maría
(por ejemplo)
garcía
(¿por qué no?)
de su familia
y amigos
si los hubo.
de sus hijos
que la quieren
que llevan apuntado
el 016
en marcación rápida
que tragaron
discusiones
insultos
golpes
platos rotos
botellas de ginebra.
de tus amigos
que te quieren
que no te quieren enterrar
que te sacan del fango
en que otro
te ha hundido.
de Campoamor
en el 31
de las trece rosas
en guerra civil
de Pizarnik
volando como un pájaro
libre en su jaula
de Dolores
Lolita
en la lengua
bífida de Hubert
sin remedio.
de Sonja
en Siberia
esperando
al asesino
salir
de su encierro.
de la madre
de tus hijos
y de ti misma
martes, 6 de octubre de 2015
Penélope de día
siento el invierno
ahondando en la garganta
uñas mordidas
de niña nerviosa
el bolso de piel
marrón
de marca
abrazado al regazo
en la mirada
un barco que no llega
una carabela hundida
en la guerra
un barco pirata
desahuciado
y un cartel de
se vende
por un techo
el alma
Penélope
siente el otoño
saliendo por los poros
hojas marchitas
en su piel de primavera
esperando un verano
que no llega
lunes, 5 de octubre de 2015
Euforia en singular autoinducida
domingo, 4 de octubre de 2015
Menstruación 2015
jueves, 10 de septiembre de 2015
Niño yace en la orilla
domingo, 6 de septiembre de 2015
Lunas de insomnio
viernes, 4 de septiembre de 2015
Pequeñas flores de la guerra
martes, 1 de septiembre de 2015
Onírico Soren
Soren no tiene una forma, son ideas diluidas, como las lámparas de lava de los años setenta. Soren no es una persona ni un concepto, no es concreto pero no es algo abstracto. Tendido en la cama, pero también levitando sobre ella, piensa y es pensado. Está en la cabeza de Vera, como un humo dorado se mete en sus pensamientos y respira y se mueve y siente a través de ella. Ahora, Vera está estudiando sentada en la mesa de la cocina, a contraluz, se ve su sombra como una pensadora; y Soren aparece. Vera no le ve, solo siente que está ahí. Se refleja en los geométricos ojos de una mosca que revolotea al lado de los libros de matemáticas. Toma forma de musarañas cuando Vera no quiere estudiar, cuando cualquier cosa es más entretenida que una raíz cuadrada. Mira afuera por la ventana, y las montañas tostadas del sol son pómulos sonrosados en una cara ancha de isla, aislada en un mar agridulce. Vera se baña en el mar mientras sus compañeros atienden en clase, impulsada por Soren, el agua se vuelve sólida a sus pies, se enreda por sus piernas y se evapora entre los dedos de las manos al ir a beber de ella.
Cuando quiere pensar en él, no sabe describir su cara: es todas las caras y todos los colores y matices en los ojos, todos los reflejos de su pelo.
Soren es ensoñación después de una larga siesta en la playa, es las motitas de color en los ojos, es gotas de rocío en una mañana de invierno. Soren es un mundo onírico.
domingo, 30 de agosto de 2015
Cuando Vera soñó a Soren
"Las caras que ves en tus sueños las has visto en algún momento de tu vida".
Vera se decía a si misma que sí, que en otros sueños. Se autoconvencía. ¿Que por qué? Pues porque el amor había llegado a ella, en forma onírica, en psicodelia desordenada y fantasía adornada de espacios pintorescos sin leyes de la física y sin héroes de Disney.
Nunca le dijo su nombre, ni le regaló rosas mustias por San Valentín, ni un collar por su cumpleaños. Tampoco iba a buscarla en coche los sábados a mediodía, ni comentaban banalidades por mensajes al móvil.
Vera le puso nombre. Soren fue para Vera lo que Maude fue para Harold.
No se necesitaban, no se buscaban, no eran mitades de una naranja destinadas a unir sus bordes mutilados por el cuchillo del destino. No. Vera y Soren se encontraron en un sueño de ella, y volaban por el espacio y el tiempo como en una cutre película serie B.
Que Soren no existiera en el Universo racional de Vera no era un problema.
Veía su cara alargada en las baldosas de la calle, jugaba a buscarle en cuadros abstractos y pasaba horas enteras en el museo, en la sala de Pollock, dibujando mentalmente a Soren en las pinceladas viscerales de los cuadros.
La vida pasó y Vera quiso buscarle. Y lo encontró en un álbum de fotos de su madre, que siempre ojeaba cuando pequeña.
Soren tenía nombre y apellidos, mucho más comunes y menos exóticos que el filosófico apodo que Vera le había puesto, pero era él, su cara, su expresión, el verdor de sus ojos tristes.
Y ni siquiera protagonizaba la foto. Era un recuerdo del servicio militar del padre de Vera. Su Soren era un teniente de uniforme que salía en una esquina de la instantánea tomada al regimiento. No sabía cómo sentirse, no lo imaginaba así. Le creía poeta, bohemio, con Serrat en los oídos y la pluma entre los dedos.
Bueno, era él. Llamó a su teléfono y una chica de su edad le contestó que papá no estaba en casa. Vera está helada y las palabras se amalgaman en torno a su garganta pero no llegan a salir.
Cuelga el teléfono.
Vera recorre una larga procesión hacia el dormitorio materno.
Somníferos, con receta, claro. Vera duerme en cuestión de minutos. Allí se encuentra con Soren que la espera sentado en el césped.
Le grita, le tira las fotos, los recuerdos van llegando en forma de nubecitas con imágenes en movimiento y Vera las destruye. Soren llora. Y Vera grita.
Ya no le volverá a soñar.
sábado, 29 de agosto de 2015
Penélope de noche
que no la espera
navegante hundido, parece
martes, 25 de agosto de 2015
Niñas del ayer
jueves, 20 de agosto de 2015
Composición literaria que se concibe como expresión artística de la belleza por medio de la palabra...
prosa abstracta
deglutida en papilas
ávidas de ritmo,
llámalo insomnio
sangre, sudor, tinta.
mediante la palabra"
no lo midas, no lo embellezcas
pero que no sea poesía
abraza las palabras
no esperes leer
con rima consonante
-de texto
no me cuentes las sílabas
no me elijas a Quevedo u Góngora
fórmula de aceleración
llámalo vida
no poesía.
miércoles, 19 de agosto de 2015
Piel (III)
y me tocaba las manos
con las yemas de sus dedos
me rozaba la piel hasta erizarme
llegó nueva al colegio -pero-
era ya antigua en mi vida
leía mi mano y sus caminos
letras volubles como el humo
salían de mis palmas
y ella las inspiraba.
Trazaba con el borde de las uñas
las líneas imantadas
y siempre mi mano y su mirada
el ceño fruncido analizando
mis manos goteando de sudor
las suyas frías sosteniéndolas.
Mientras el tiempo nos vió pasar
sentada siempre a mi vera,
mis manos nunca fueron para ella
otra cosa que libros abiertos,
compilación de cuentos
y antología poética
con dos niñas
de personaje principal.
Escribo con diecinueve,
Vera ya no me lee las manos
con su ausencia las páginas
se arrancaron
la tinta me la absorbió la piel
y las letras se borraron
pero volteo las palmas
y leo su nombre.
(añadir una descripción)
porque la musa me canta al oído
martes, 18 de agosto de 2015
Piel (II)
lunes, 17 de agosto de 2015
Raíces
La casualidad me arrastra desde antes de nacer a los pies de una casa, a una cunita, a un cuarto pintado de rosa... la levedad de la casualidad, de lo contingente.
Y cuándo mi vida o mi obra significan algo, mi pueblo me lo arrebata, se lo adjudica, como si no fuera yo ciudadana de todas las comarcas, como si me hubiera elegido el pueblo a mí para pertenecer a su círculo.
Cuando lo único que ha hecho mi pueblo (escrito así con artículo posesivo tal como se me ha enseñado) es marcarme unas fronteras inexpugnables que no deseo y que no puedo romper, unos límites y unos derechos auto-impuestos de pertenencia a un club cuyo carnet me sobra en la cartera.
"Sra. X, oriunda de tal sitio".
¿A qué se debe? ¿Cuál, repito, es mi deuda?
Nacer en un estado cerrado no te da una cultura, te limita a todas las demás.
Incluso han llegado a mis oídos expresiones tales como "en tu tierra deben sentirse orgullosos de tu éxito". ¿Acaso debo sentirme orgullosa porque la vana casualidad haya traído un gran futbolista, una hermosa modelo, una escritora notable a los pocos kilómetros que abarca una denominación geográfica a la que la casualidad me haya llevado a nacer?
¿Debo, pues, unirme a la celebración social de la vecindad, al ímpetu de pertenecer a un grupo que no engloba intereses comunes, a la limitación de un pueblo? -o ciudad o comarca o, en definitiva, cualquier tipo de frontera.
Las personas, como las plantas, pueden cambiar de macetas e incluso prescindir de ellas. Sólo hay que darse de baja del club de la casualidad y destrozar el carnet de las carteras.
Vendo, compra, bella
se me vienen grandes
no me pegan
con la puntilla blanca
del borde de mis bragas
me quedan mal
me hacen gorda
me hacen vaca
no-apta
no-belleza
de consumo
lo vendo todo
lo bajo
lo rebajo
te hago un descuento
llévatelos!
te quedan bien puestos
te hacen flaca
estás bella
qué bella estás
desaparece
no comas más
no te entran
mis sentimientos
rebajados
así, qué bella estás
enséñame tus huesos
vestidos de mis sentimientos
rebajados
casi regalados
que te duren
sangre
pantalones blancos
quédate en casa
no enseñes la mancha
así, bella, escondida
tu cuerpo es vergüenza
tu vergüenza es fea
fealdad es no-belleza
no-consumo
economía
se mueve, se alimenta
de niñas bellas
lindas, calcadas
mídela, pésala,
tu no sirves
trae a otra
mídela, pésala
esta sí
ponle precio,
colócala en la estantería
¡no! el precio cara al público
que sea lo primero que se vea
llora
ojeras, ¡maquillaje!
así, bien bella, ni una mancha
vendo sentimientos
¿quién me los compra?
están muy baratos
ya nadie los quiere
porque son todo tristeza
porque son talla grande
porque X.......L
porque la pequeña, porque la mediana
ya se la llevaron
las niñas bellas
de mirada hambrienta.
domingo, 16 de agosto de 2015
Piel (I)
Mudar la piel
dejar una cáscara vacía
tendida
en medio de la acera
y correr
en carne
¿viva?
la piel mata, la piel te esconde
la piel te inhibe
la piel te etiqueta, te pone límites
piel muerta
¿piel tuvo vida?
la corteza oculta lo blandito
no se come
se pela
y se tira
Vera es fruta
se desprende de ella
y se tira
por la ventana
a la calle
al grito de
¡cuidado!
cuidado que va
la gente incómoda
no miran
cambian de acera
la rodean al pasar
y Vera camina desierta
des-nuda
des-tapada
des-vestida
des-armada
en carne
viva o muerta
es Vera en esencia
de espaldas
a su piel
des-hecha.
viernes, 14 de agosto de 2015
tormenta de arena
que destruye a su paso
penetra debajo de la piel
y revuelve las tripas,
Tormenta
que te eleva en el aire
te vuelca y acecha
a empañar los cristales
de lentes serenas.
Y deja la piel llena de arena
y el pelo peinado a destajo
y la boca sabor amargo
el cuerpo sumido en un letargo
ahogado en el desierto.
Flor
jueves, 13 de agosto de 2015
Se armaba de paciencia y plumeros y las barría, las desordenaba, caían al suelo y tejiendo bolitas pasaba las tardes, escondidas debajo del sofá junto a un par de monedas olvidadas y las facturas de la luz.
miércoles, 12 de agosto de 2015
El coste de la libertad
Es una niña bien, pero no es malcriada, no es caprichosa, no gasta más de lo que necesita tener, Vera es austera. La ropa sucia se amontona debajo de la mesa, vive sola, aún piensa que va a lavarse y recogerse sola, y viste la última camiseta limpia que queda.
martes, 11 de agosto de 2015
Mirada borrosa
jueves, 2 de julio de 2015
El pedófilo de la estación
Un hombre de mediana edad, con un jersey de colores que una vez pudieron ser vivos y chillones, con manchas y descosidos, caminaba en círculos. Pero caminaba en círculos cerrados, nervioso, mirando a su alrededor y comprobando toda persona que pasaba. Las cuatro menos veinte, apenas hay en la parada dos chicas de mi edad y una señora mayor, las ignora y a mí no me ve en mi escondrijo.
Me suena de algo. No su cara, que por mi miopía no llego a distinguir y se me aparece difuminada como los colores de su jersey, sino esos nervios, los pasos torpes en círculos, el crujir de sus manos retorcidas y esa expectación, ese buscar algo que no llega.
Las cuatro menos cuarto. La canción que taladra mi cabeza se acaba, el sol está un poquito más cerca y me da en plena cara, gotitas de sudor me recorren la espalda y me muevo hacia la sombra. Me levanto y mis ojos se cruzan con los del hombre, y me mareo. Sé quien es, por supuesto que lo sé.
Vuelan en mi mente fragmentos de conversaciones: mi madre diciéndome que volviera a casa temprano, dando un rodeo para no atravesar la estación. Unas señoras jóvenes, a la puerta del colegio, comentando indignadísimas muchas cosas que se oían por ahí y que yo por mi edad no pude entender. El periódico que lee mi padre por las mañanas, y fotos en primera página de mi pueblo, de la estación por la que solía pasar todos los días y que después de eso tuve que rodear al volver a casa de noche.
Claro que sé quien es, pero él no sabe quién soy yo.
Cuando sus cuencas vacías y llenas de visiones podridas se alinearon a mis borrosas lentes, lo vi con asombrosa claridad. Hace mucho tiempo de eso, y yo era aún una niña, de colegio primaria con mis trencitas apretadas y empapadas de colonia, con las rodillas peladas de golpes y caídas y camisetas de Digimon.
Junto a mis vecinas, al salir de clase acortábamos por la estación para llegar a casa a tiempo de ver los dibujos. Y estaba él. Y miraba. Nunca se acercó, ni habló con nosotras, no se atrevió a darnos nada ni a tocarnos. Pero no nos miraba como se mira a las niñas, nos miraba con ojos vacíos y la comisura de los labios entreabierta. Nos miraba cómo un hambriento mira el escaparate de una pastelería. Miraba a través de nosotras, nos desnudaba con ojos perversos, escondido desde el banco dónde yo, hace un segundo, estaba sentada con un pitillo en la boca y Aqualung en mis oídos.
Y ahora me mareo de asco. Porque veo cómo aparece una niña de nueve años, con trencitas apretadas y raspones en las rodillas y camiseta de lo que quiera que vean las niñas en la tele; con el pan debajo del brazo y la vuelta en monedas en sus deditos sudorosos e inocentes. Y le clava la mirada.
Y ya son las cuatro menos diez. ¡Cuánto dan de sí veinte minutos! Aparece el chófer con su uniforme y la cartera al hombro a arrancar la guagua.
Les perdí de vista. Me dio un vuelco al corazón pensando toda clase de barbaridades, cuando al girarme el hombre recoge las monedas que se le habían caído a la niña, con miedo en sus ojos las coloca sobre el banco, y las niña las recoge y sube a la guagua, que arranca y se va.
Acabo de perder mi guagua y ¡casi! el aliento. Qué mal rato, por favor.
La estación se queda vacía a excepción de nosotros dos. Ya no vuelvo a mi escondrijo. No soy capaz de volver al sitio donde se ocultaba el pedófilo, ya no veo ese banco de la misma forma. Me quedo de pie y le atravieso con la mirada.
Lo peor de todo es... la levedad, la falta de interés que fluye de su cuerpo hacia mi, que hace nueve años exactos miraba totalmente diferente.
No sé si intuye la mayoría de edad en mi carnet, no sé si sus cuencas vacías de emoción son capaces de ver que ya no llevo bragas con dibujitos de Teletubbies. No sé si intuye años de dolores menstruales, de masturbaciones a escondidas, de borracheras adolescentes y de laca de uñas negra, de carmín, de anti-ojeras. Nueve largos años de lecturas, películas, novios, novias, heteroflexibilidad, besos franceses, cajas de condones, retrasos, tacones, piercings y tintes y ceras y cuchillas.
El pedófilo se va. Y desde luego nadie va a echarle de menos, ni siquiera recuerdo ya otra cosa que no sea su jersey desteñido y sus cuencas vacías.
Pero me subo a mi guagua con la sensación de haber vomitado, algo que tienes en el estómago y te mata por dentro, y aunque el dolor de barriga se disuelve, el mal sabor de boca persiste.
martes, 23 de junio de 2015
En cuerpo de mujer
lunes, 22 de junio de 2015
La señora de las palomas
viernes, 19 de junio de 2015
Mi moño, nudo de ideas
jueves, 18 de junio de 2015
Asociaciones libres I
Hegel es un géiser.
Schopenhauer es una cuchilla de afeitar y dos gotitas de sangre.
Unamuno es filósofo para literatura, y literato para filosofía.
Marx no es Lenin, ni Maduro, ni Chávez ni el Ché.
Hobbes es un lindo gatito. Rousseau es Piolín (y viceversa)
Nietzsche es Cristo.
Cristo no es Nietzsche.
Aristóteles es éter.
Platón vivió, recordó, vió el sol fuera de la caverna, entró, no le hicimos caso en bachillerato y se fue a casa a llorar en la almohada.
Hume no entra en estos parámetros.
Piaget es un dolor de muelas.
Heráclito es el río en el que se bañaron todos los idealistas.
El realismo es una irrealidad realizada en y sobre la realidad.
La filosofía y la ciencia no son misma cosa, no tratan las mismas preguntas y no llegan a las respuestas por el mismo camino.
Mi dedo índice te señala.
Tu cuerpo está pegado a tu nariz.
Su mente se quiebra.
Nuestra no existe.
Vuestra me excluye.
Sus mentes ME quiebran.
La reina del hielo
Caliéntame las manos,
en imperativo te lo digo.
Afuera hace mucho frío,
adentro chispea en goterones
tibios.
Mi interior congelado
nieva
en copos deformados
de nacer en el lagrimal
y morir corriendo por
la piel.
No las siento,
están duras como
la miel
deshaciéndose
en tu boca
mientras te pido:
¡Caliéntame las manos!
martes, 9 de junio de 2015
Para Josh, carta de intenciones
lunes, 8 de junio de 2015
.
miércoles, 27 de mayo de 2015
Las mujeres buenas
¡pobres mujeres buenas!
buenas para todos,
menos para ellas
limpian su casa
dan de comer a sus hijos
les enseñan a caminar
caen con ellos vacilantes.
¡Desgraciadas,
las que se llaman buenas!
Mujeres rotas
que no son mujeres
son muñecas de trapo,
de los trapos que compran
para sus maridos
y para sus vástagos:
mujeres que son sólo eso,
incompletas como personas
úteros con pelo y piernas,
incubadoras en cadena.
Pobre mujer buena,
la sociedad ha pedido esto para ti
víctima de mi pena
y miradas de parturera
joven, mujer, buena,
¿qué de tu vida esperas?
cuando corten el cordón
aparecen tus cadenas.
sábado, 23 de mayo de 2015
Por qué revolución
Katyusha
Pequeña y rusa Katia
abres la puerta
una mañana cualquiera
y la guerra te da en la cara
el sol se oculta temeroso
rehuye la aviación
las bombas que llevan tu nombre
abrazan con fuerza la vida a su paso.
Yekaterina, te instigan tus padres,
cásate antes de que se vaya
y el águila de la estepa
sobrevuele carroñera esta casa
atrápale con tu canción
espera sonriente en casa
y llora por el alma
que queda en el campo de batalla.
Katyusha, te escribe, en cartas
de amor palabras versadas
que derriten el corazón
en lágrimas amargas,
y espera el regreso
del alma de un hombre
que un día amó
y la guerra le quitó.
domingo, 26 de abril de 2015
Médano mío
sábado, 25 de abril de 2015
Día X: horas
Y sigo aquí, sin pensar en ti creerás. Pero tu número sigue marcado en mi teléfono, esperando un acto de valentía o, mejor dicho, de suicidio.
Veo tu cara en cada cuadro que entra en mi campo de visión, los ojos de cada persona me recuerdan a los tuyos. Las manos con las que un día me tocabas aparecen en las de otros por la noche, y cuando amanecen están frías y ásperas y no quiero que me toquen, y salgo corriendo de allí, huyendo más de mí misma que de ellos.
Las lágrimas no salen de mis ojos ya, pero no es por falta de dolor sino de fuerzas para pensarte.
En realidad no han pasado tantos días, pero las horas son eternas y las manecillas no caminan, y me paso las tardes en el "tic" esperando el "tac" que no llega.
¡Qué triste! dirás, esperando aún por algo que no va a llegar, con nostalgia de todo lo que no pasó y recuerdos distorsionados de lo que sí fue. Pues no, lo más triste es que te escribo más ahora, que no me lees, que no me sientes, y yo te tengo tan cerca de la pluma que no puedo evitar querer dibujarte con tinta en mi cuaderno.
Me digo que será lo último que te dedique, que mis fuerzas pronto irán a otra persona, pero todas son sombras y sólo tu estás coloreado en este libro a líneas negras, y no quiero pintar a nadie más que a ti.
¿Cuándo te fuiste, dejándome de esta manera? Ni todas las canciones de Pink Floyd pueden expresar lo que siento ahora mismo, ni una montaña de arena puede sepultar tu rostro lejos de mi conciencia, todas las botellas de alcohol son agua con gas para ahogar mi pena, inútiles.
viernes, 24 de abril de 2015
Día uno: confesión
Sí, soy débil, como una hoja de papel debajo de la lluvia, las gotas resbalando y la tinta que narraba mi vida, corriendo pegada a las aceras, manchando la calle de sangre de marca bic, desdibujando los futuros que me había creado a trazos cargados de pintura.
Como un cuadro impresionista, hay que mirarme de lejos con los ojos entrecerrados para entenderme, y yo que pego la cara al espejo, buscando respuestas, no distingo sino manchas, pinceladas superpuestas.
Tengo que confesarte que, cuando salgo a la calle, todo parece una película en blanco y negro, va perdiendo el matiz y la gama cromática se va limitando, del mismo modo que la oportunidad de acercarme a tus labios queda reducido a la nada, y tu cara desenfocada está grabada en mi mente.
Irremediable.
Última despedida de ti
Las despedidas
duelen.
Son como un cristal
que a todo da la vuelta
y cuando se rompe
corta el alma
las manos
los dedos
las uñas.
Decir adiós,
es decir no te veré
ni escucharé
no me hablarás
no nos tocaremos,
decir adiós
no es decir 'no te quiero'
pues no todas las llamas
se apagan al mismo tiempo.
Yo te digo adiós,
a falta de otra palabra
te digo te quiero
y tu me dices que no
que no te busque,
pero la llama de mi vela
arde desde que la encendiste
reflejada en el cristal triste
que hemos roto por el desuso.
sábado, 18 de abril de 2015
El circo
niños y niñas,
pasad, pagad la entrada
no os arrepentiréis.
está esperando a los niños
para empezar el espectáculo
(por un módico precio, claro está)
¿por qué intervenir?
podéis pagar y pagar,
comprar nuevo hábito.
salta el corazón desbocado,
martillea el infantil pecho
como ritmo de polka armonizado.
del triste aprendiz de payaso,
desbordado por las carcajadas
de inocentes pasando el rato.
sin red que lo envuelva,
el equilibrista kamikaze
se debate vida o muerte,
Quedan aún entradas,
el espectáculo ha comenzado
más no lo deis por terminado.
en hermosas figuras etéreas,
lo que no sabe la gente:
que esta pareja rota está.
el forzudo cual Atlas moderno
recoge pesas, metáfora del mundo,
que su roto corazón puede aguantar.
niños y niñas,
la función ya ha de terminar
mañana más, procuremos mejorar.
miércoles, 15 de abril de 2015
El cadáver exquisito
martes, 14 de abril de 2015
Espantapájaros
Me gusta caminar por delante de él, lejos, como si fuera a mi dónde sus ojos se dirigen.
Llueve. El espantapájaros se está llenando de barro, y el agua le llega al nivel de sus tobillos de paja. Estático, deja sus piernas hechas de palo empaparse de agua.
miércoles, 8 de abril de 2015
Las murallas se destruyen
martes, 7 de abril de 2015
Musa, pequeña, muñeca...
Te grito, musa, para que me ayudes a escribir. Las paredes me dan vueltas y la inspiración me da la espalda, pequeña, porque ya ni siquiera soy ejecutora de la acción, no merezco llamarme verbo. ¿Acaso soy yo la que escribe estas líneas? Al tocar los bordes de mi papel en blanco, de mi lienzo expectante, el pincel que agarro entre mis dedos yace seco en mi muslo, la taza de café ya no humea y el panecito se queda frío, a medio comer en el plato, como un corazón a medio amar, como una buena canción en la radio que cortan en el mejor momento para intentar venderte alguna mierda. Y te dejan con la miel en los labios e intentando tararear los versos de aquella canción desmembrada por algún energúmeno que no sabe que las canciones no se pueden parar en medio de un solo, que porque no haya letra no tiene por qué dejar de haber música.
Así me siento yo, musa de mi vida, como si me hubieran parado en medio de la guitarra, la cantante fumándose un porro en algún rincón, regando su jardín con bourbon y metiéndose billetes en las bragas como si no hubiera mañana; y yo, en medio del escenario, sola, con la púa en mi dedo -o el pincel o la pluma o el teclado, da igual- los focos se apagan.
Las bombillas se funden.
Sí, mi muñequita, no son eternas porque alguien no lo ha querido.
Por eso te hablo a ti, espero pacientemente a que dejes de hacer lo que quiera que las musas hagan cuando no están susurrándome al oído.
Y el pincel está empapado, la pluma entintada, el ordenador encendido, las guitarras afinadas...
y las bombillas apagadas.
sábado, 4 de abril de 2015
A veces hay murallas
sábado, 28 de marzo de 2015
Manos que trazan
miércoles, 25 de marzo de 2015
Defíname banco
Banco es establecimiento público de crédito, constituido en sociedad por acciones. Pero eso no te dice nada, ni a ti, ni a mi, ni a las personas que escribieron su definición en la real Academia.
Banco es tan abstracto en concepto como en materia, y no sé si existe en realidad, no sé si lo puedo tocar, no sé si con un mapa y una brújula llegaré a la x que señale "banco".
Lo que sí sé es que banco influye en las personas, banco sale de la boca de mi padre con miedo cuando se acerca fin de mes, banco suena a indignación en los bolsillos de mis abuelos, bolsillos que no suenan al "clin, clin" de moneditas que ofrecer a sus nietos. Banco suena a resignación, la peor canción para el oído de clase media y la que ocupa los puestos más altos en los cuarenta principales,
banco canta con intereses
banco regala sonrisas al 12% anual
banco ofrece papel verde sellado a cambio de trabajo
banco tiene casas cerradas y gente durmiendo en los portales
banco se mueve y no sabemos como,
banco tiene vida, banco tiene nuestras vidas.
¿En qué momento dejó banco de ser peces moviéndose juntos en la corriente, moviendo las aletas sin miedo y haciendo burbujas de amor en la pecera de Juan Luis Guerra? Banco, blitzkrieg de la anti-materia, de lo abstracto, está acabando con sus homónimos:
~ de hielo.
¿Y si te digo banco? No pienses en dinero, no pienses en crédito, no te quiten un techo, no sean papeles en blanco firmados y sellados los que compren tu conformidad.
Si te digo banco mírame, sentada en una tabla de madera y cuatro palos, y acércate y siéntate a mi lado,
mi sonrisa va a llegar sin IVA
de mis labios no saldrán números que no alcance a contar con mis dedos
y banco no crece de los árboles, banco no rompe el cascarón, banco no se gesta nueve meses en una matriz, banco ni siquiera toma forma a martillo y cincel o a pluma y tinta.